viernes, 8 de enero de 2010

Diego y la conjugación del verbo "Decir" (3ª conjugación)

En la política de hoy en día son habituales cosas que escandalizan a nada que uno se pare a pensar. Son cosas evidentes y no me pienso entretener con ejemplos: con abrir un periódico al azar, un día cualquiera, en una página X basta.

Otras cosas son más sutiles, más oscuras, más peligrosas.

En esta segunda categoría se pueden englobar las declaraciones poco claras, las asociaciones de ideas (nunca explicitadas) que se hacen en discursos efectistas y, normalmente, elaborados con la intención de decir más de lo que parece.

En España se ha vivido un episodio lamentable en el último mes y medio a este respecto. La situación seguro que es conocida por el lector, pero paso a describirla por si hay algún despistado.

En el programa de televisión El intermedio presentado por el Gran Wyoming, se hicieron eco de una declaración del periodista de Telemadrid Herman Tertsch que paso a citar literalmente:

"Si yo pudiera matar a 15 ó 20 miembros de Al Qaeda por liberar a nuestros tres compatriotas (los tres cooperantes secuestrados en Mauritania), lo haría sin la menor duda".

Efectivamente, una declaración tan sorprendente como, por decirlo delicadamente, estúpida. Primero, porque dudo bastante que Tertsch sea capaz de hacer lo que dice (suena a frase dicha entre cañas con los amigotes el viernes por la tarde). Y segundo, por la poca inteligencia que demuestra, disfrazado de un supuesto patriotismo rancio: ¿qué pasa? ¿si son franceses ya no los mataría?

El caso es que en dicho programa de humor hicieron unos cuantos videos (muy bien retocados, por cierto) como han hecho tantas otras veces, cambiando algunas palabras por otras dichas por el mismo periodista en otras ocasiones, con resultados sorprendentes. Por ejemplo:


A los pocos días, Herman Tertsch sufrió una agresión a altas horas de la madrugada en un bar de Madrid. Evidentemente, la presidenta de la Comunidad de Madrid y principal "valedora" del canal antes mencionado, no dejó pasar la ocasión para relacionar una cosa con la otra. Aguirre declaró:

"Todos hoy tenemos que apoyar la libertad de expresión. El hecho de que Hermann Tertsch se un periodista muchas veces crítico con el Gobierno (central) no puede en absoluto, jamás, justificar la agresión física ni moral como la que ha sufrido por parte de quienes amparándose en presuntas bromas, han manipulado su manera de expresarse quitando palabras y poniéndolas en su boca, haciéndole parecer un asesino".

Lo más grave de todo esto no es, como puede parecer, el poco respeto por la inteligencia (propia y del votante) que muestra Esperanza Aguirre. Lo peor es esa actitud "barriobajera" que demuestra al aludir sin claridad a alguien, mezclando todo, formando tal amalgama de datos en el receptor último de su declaración que, en un oyente imparcial y que no conoce lo acontecido, forma una idea pilotada por la propia presidenta, manipulada.

Huelga decir que se demostró la nula relación entre la agresión y el video de El intermedio. Más bien tenía que ver con algún otro problema de índole privado del periodista que no entramos a juzgar. El Gran Wyoming fue juzgado por un político endiosado que hoy ya no se atreve a vincular, como hizo entonces, los dos hechos. Una vez provocado todo el lío, claro.

"Nunca he dicho que su agresión tuviera que ver con otras cosas". Esto es lo que la señora presidente declara hoy. Ya se ve lo bien que domina la gramática española: no he visto a nadie con menos vergüenza y mejores reflejos para conjugar el verbo "Decir".

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